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Mostrando las entradas de 2019

A mar

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Cuando en ti me zambullo, amo tu sabor salado. Tus olas son mi arrullo, si me siento a tu lado. El gran poder de la luna mueve tus aguas en danza. Arenas y tú, son una, te veo, mi alma descansa. Si de ti me apartasen, triste la vida sería. En ti mis restos reposen, ¡Mar! He de morir un día.

Un canto marino

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Un mugido que suena como sonaría una enorme toro en el agua, seguido de sonidos semejantes aa bufidos y una resonancia que me hace evocar al ave rabihorcado inflando el pliegue rojo que posee bajo su pico, haciéndolo vibrar para atraer a una hembra. Todos estos sonidos suenan tan sistemáticos que en lugar de incomodar al oído, le invitan a relajarse como  si escucharan una opera. Son las canciones que los machos de la ballena de alas grandes o jorobadas cantan a sus posibles conquistas.  Año tras año la canción especial que los machos entonan cambia, quizá alguien olvidó la letra o existen modas musicales debajo del mar. Talvez se encuentran con amigos de otras comunidades cetáceas y comparten ideas unos con otros. Me pregunto ¿Qué pensarían los antiguos marineros si descubrieran que no eran sirenas sino machos en celo? la historia sería diferente, mejor aún ver su cara avergonzada de haber convertido sus miedos infundados en una figura femenina.  La manera de cantar al oído d

Hecatombe

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Se escuchó un estruendo y la tierra comenzó a desgarrarse, en la hojarasca las arañas, hormigas, escarabajos y cien pies trataron de escapar, pero algo que no lograron ver u oler los abatió en un instante. El objeto que los masacró parecía moverse lentamente desde la percepción de un insecto, se elevaba y bajaba aplastando miles de seres habitantes de la hojarasca una y otra vez. Debajo de ella donde la humedad del suelo es suficiente, los colémbolos, lombrices, larvas de gallina ciega y babosas, perecieron en lo que a ellos pareció un evento eterno. Conforme el desgarramiento de la tierra continuaba, todos los habitantes de zonas más profundas en el suelo se vieron afectados, las primeras en perecer fueron las tarántulas, seguidas por cangrejos, serpientes, ratones, musarañas, liebres y las enormes ciudades de hormigas. Las conexiones entre los hongos y las raíces de los árboles fueron fragmentadas en segundos, evitando la correcta comunicación de toda la vegetación en la super

Sinfonía natural

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Caminando al borde de una cañada, escuché a los árboles hablar. Sorprendido me asomé para descubrir que se comunicaban en lengua no humana. Sus palabras se manifestaban de manera física, tenían plumas de colores, los árboles parecían lanzarlas al viento, como si discutieran un tema muy distinto al odio.  Me recosté sobre una piedra para escucharlos y me quedé dormido, al despertar los últimos rayos de sol caían sobre sus copas y los árboles que nunca dejan de hablar, murmuraban palabras de pelaje obscuro, su lenguaje nocturno.  Los pastos trataban de imitar la complejidad lingüística de los árboles y producían zancudas palabras que intentaban volar como sus voces diurnas. El agua por su parte, aquel ser inanimado dador de vida, no se quedaba atrás, croaba graves voces, armoniosas como las de los árboles y saltonas como las de los pastos, mientras yo feliz por mi descubrimiento decidí pasar la noche ahí, arrullado por una incesante sinfonía natural.

Todos somos mangos

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Puerto Vallarta, Jalisco. Año 2002.  Hace unos meses caminaba por el jardín al que mi padre se encarga de dar mantenimiento. En el jardín se encuentra un gran árbol de mangos y alrededor de él encontré muchos mangos que habían cedido a la gravedad durante la tarde y noche anterior, inmediatamente me di a la tarea de recoger algunos que me parecieran maduros, después fui a sentarme sobre unas escaleras que conducían a la calle. Tomé en mis manos dos de los mangos que me parecieron más grandes, con manchones de color rojo y amarillo, sin ninguna imperfección aparente. Pelé uno de estos e inmediatamente le di una mordida y sabía muy bien, con una pulpa suave y llena de azucares naturales, lo disfruté tanto que no pude evitar comérmelo precipitadamente. Cuando abrí el segundo mango que había elegido por lucir tan perfecto como el primero, encontré en su interior partes de la pulpa en descomposición, y era probable que algunos gusanos estuvieran ya consumiendo su dulce néctar con i

A Francine

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Imagen tomada de Out and About PV, pintura de Francine. Desde la taquilla, a través del cristal, pude ver a una mujer alta subiendo las escaleras. Sabía que era una mujer transgénero porque creí haberla visto antes, al escuchar su voz grave recordé las ocasiones en que la vi caminando por las calles de Puerto Vallarta, en esta ciudad es común reconocer a los residentes aún cuando nunca hayas cruzado una palabra con ellos. Sentí gran admiración hacia ella por atreverse a ser ante el mundo la visión que tenía de sí misma; hay personas que nunca se atrevieron, se ocultaron bajo una máscara y así poco a poco la máscara usurpó su lugar, hasta la muerte. Un año atrás yo mismo había iniciado una búsqueda personal para comprender los roles de género en la sociedad, aunque es un tema que me interesa desde mucho tiempo atrás. Con el tiempo he aprendido que los géneros son una construcción de la sociedad. Determinan el comportamiento, las actividades y atributos de las personas según el gén

Cerro Desgarrado IV

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Miriam, una gran amiga mía y miembro de la familia que cuidaba el terreno adjunto al sitio donde colocaba mis trampas me recibió con la noticia de que habían visto una vez al jaguar en la zona alrededor de las 4 de la mañana, es posible que haya sido el mismo del mes anterior, sus territorios son enormes y era probable que estuviéramos dentro del territorio de un espécimen en particular. Era 05 de Diciembre del 2008  y había vuelto por fin al campo, lugar donde me sentía mucho más cómodo que en el laboratorio. Este día Miriam y su sobrino decidieron acompañarme, así que para terminar con el sitio más peligroso, comenzamos con el sitio 3, la cima del cerro que es donde más probable podría ser un encuentro con jaguar. Es probable que nuestro miedo sea infundado, los jaguares son normalmente escurridizos, huyen a los humanos, pero este jaguar seguro había tenido contacto con humanos anteriormente, era demasiado atrevido bajar hasta la playa aun con presencia humana. A lo largo de mi vid

Cerro desgarrado III

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Las notas de mi cuaderno parecen incipientes a simple vista, unos cuantos números y letras por aquí y por allá, pero tienen una estructura fácil de comprender. Es extraño que tenían mejor orden comparadas a las notas que escribo hoy, que parecen grupos celulares de palabras por un lado y por otro, cada uno separado por una línea ondulada que les da formas ameboides. Mis notas antiguas como aquellas del 2008, estaban hechas con temor a escribir cosas demasiado triviales que carecieran de interés para la investigación, pero también mucho temor de no cubrir los aspectos más relevantes de cada visita al sitio de colecta, quizá por este hecho hoy que leo mis notas y pienso que parecen a simple vista incipientes, cuando las leo son en realidad suficientes para recuperar y organizar cada uno de los hechos ocurridos durante las colectas de hormigas que realicé al sur de Puerto Vallarta hace ya más de una década. Realizar esta investigación me era personalmente importante, durante mi inf

Mi vida en los cacaoatales

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Anécdota 3: Un juego de palabras. Casi 12 años después de dejar su pueblo, mis padres nos llevaron a vivir a este lugar al sur de México donde ellos pasaron su juventud, para mí era emocionante conocer este lugar porque era muy distinto de la ciudad en que crecí, todo me parecía nuevo y diferente, las palabras, las costumbres, las casas y los olores. Habíamos regresado después de que muchos pueblos costeros del sur de México sufrieron terribles inundaciones en 1998, así que el lugar que recordaba de cuando tenía 7 años había cambiado mucho, un par de kilómetros alrededor los ríos más caudalosos eran arena y troncos, a la orilla de la carretera había miles de personas viviendo en casas improvisadas de plástico o cartón. Fue la primera vez que noté las carencias del estado en que nacieron mis padre, de hecho pasaron años antes de que las personas afectadas pudieran volver a un espacio al que pudieran llamar hogar, pero hubo algunos que nunca lograron recuperarse de la tragedia, ya

Cerro Desgarrado II

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Notas 17/11/18 :  1, En el sitio 3 un animal, a lo mejor un mapache o un coatí extrajo los cebos.  2. En el sitio 1 cayeron muchos ermitaños y cangrejos.  3. Se encontraron probables huellas de pecaríes.  4. Unos pobladores vieron a un jaguar rondando la zona días antes. El día 17 de Noviembre del 2008 tuve que volver al sitio una vez más, esta vez para recoger las trampas, pero tenía un problema, no estaba seguro de como debería recoger las trampas, así que es lógico que lo hice equivocadamente. Estas colectas debían realizarse cada mes durante un año, cada mes debía utilizar 3 días para colocar y recoger las trampas, por lo que durante un año completo tenía que viajar desde la ciudad de Guadalajara a Puerto Vallarta, yo había propuesto este acomodo de las visitas para asegurar que cada mes podría pasar un tiempo con mi familia y amigos, el dinero invertido en los viajes era dinero que de una u otra forma tenía que utilizar con o sin las colectas. Además de no representar much

Cerro Desgarrado

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En una libreta de pasta dura que lleva al frente algunas imágenes de los Atlantes de Tula, Quetzalcóatl y un chac mool, están escritas algunas de mis experiencias de campo, la mayor parte se perdió cuando se rompió el disco duro que contenía los documentos que generé en más de un lustro. En la primera página de esta libreta se puede leer la fecha del primer día en que coloqué trampas para hormigas en un cerro al sur de Puerto Vallarta, había elegido la zona porque fue ahí donde pasé mi infancia, pero lo que me llevo a elegir este cerro específicamente, fue la posibilidad de colocar una línea de trampas al nivel de playa, otra a mitad del cerro y una en la cima, de esta manera podría tener una noción de como la altitud podría afectar la distribución de las distintas especies de hormigas, además había diferencias en la vegetación en cada punto de muestreo, esto permitiría abarcar una mayor diversidad de especies. Noté en la visitas previas al primer muestreo que se me facilitaría lle

Mi vida en los cacaoatales

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Anécdota 2: El chocolate y yo  Tenía 2 años y ya era consciente de la fuerte atracción que sentía por el sabor del chocolate, pero no de la golosina sino del chocolate para beber, sin embargo ignoraba que dicha bebida tenía una historia complejísima e importante, que en general es poco conocida por sus asiduos consumidores de hoy en día. El chocolate que tanto atesoraba comenzó como una bebida que contenía además de cacao, maíz, chile y agua,  de hecho la leche no figuraba entre sus ingredientes. Quizá por mucho tiempo se consumió la pulpa de cacao como una bebida fermentada, pero la evidencia más temprana encontrada hasta la fecha señala a los Olmecas como los primeros que utilizaron la semilla para crear una bebida, a partir de estos antiguos descubrimientos la planta del cacao y la bebida que hoy consumimos se fueron transformando según los ires y venires de la sociedad humana. He leído que los Mayas la servían caliente, mientras los Aztecas la servían fría y con la llegada de

Mi vida en los cacaoatales

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Anécdota I: ¿Y esos polvos son mágicos abuela?  Mi abuela estaba amasando un polvo de tono marrón s obre una mesa de madera, yo había visto a mi madre hacer tortillas pero nunca había visto algo como ese polvo extraño. Me acerqué a observarla con mucho interés, en aquel entonces tenía 7 años y por primera vez era consciente de estar de visita en casa de mis abuelos, toda mi infancia hasta ese punto de la vida la había pasado en otra ciudad. Dos días de camino y los costos del viaje impedían que mis padres nos llevaran a su pueblo de origen más a me nudo, por lo que este nuevo mundo que apenas descubría me era atrayente y desconcertante. No fui capaz de contener mi curiosidad y pregunté a mi abuela qué era aquello que amasaba y ella dejando escapar una pequeña sonrisa,  me respondió que era chocola te. Me fue imposible imaginar como ese polvo se transformaría en lo que mis pocos conocimientos me permitían concebir como chocolate, mi menté se limitó a imaginar una barra de chocola